Mis Gemelos
一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Las imagenes publicadas no nos pertenecen, son imagenes tomadas de sitios publicos de la Internet, si alguien tiene algun conflicto con eso, comuniquese con nosotros para retirarla de inmediato
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Abril de 2016.
一一一一一一一一一一一一一一
Capítulo 6
Después de la tormenta viene la calma
Autora: Marambra
La noche había sido larga, ambos nietos estaban muy cansados
pero felices pese a que tenían el trasero bastante calentito tras los
acontecimientos de la tarde. Rubén había dejado a Iván en su habitación y le
había dicho que se bañe y se cambie porque saldrían a cenar y luego al cine….
Sí, eso mismo, él no era de decir, a la cama sin esto o lo otro, había
situaciones que unos azotes curaban rápido
y otras veces había que curtir un poco más, definitivamente, sabía él
sabía lo que tenía en las manos una de hiel y
otra de miel, y cuando derramaba
ambas siempre era generoso.
También
había hablado con Alexander, ¡AAAY!
Alexander… Alexander; estaba más que claro que con él las cosas serían
un poco más lentas y más dolorosas también, pero tenía fe en que lo lograrían ambos, uno a punta de ser
nalgueado y el otro como nalgueador,
pero esa noche no, ya habría tiempo para algunas charlas a calzón quitado, como
parecía ser que le gustaba a su nieto.
Era
casi medianoche cuando regresaron de la capital todos en la movilidad del
abuelo, habían hecho justamente lo que les prometió, una deliciosa cena y una
buena película, un gran rato en los juegos de video, helados y demás, Rubén y
Clara aprovecharon a interrogar a los nietos sobre sus preferencias y las cosas
que disgustaban o que quería a futuro, fue así que se enteraron que a Alexander
le gustaba estar en los establos con Miguel porque quería aprender a montar y que tenía dificultades con la
química, en cambio Iván, quería aprender a manejar movilidad, se enteró que le
gustaba nadar y jugar tenis... y que tenía problemas con el castellano a la
hora de escribirlo, con toda esa información y otras que ambos abuelos habían
dilucidado por pura observación, ellos, los adultos y sobre todo tras el
incómodo interrogatorio, del porque ambos críos no podían sentarse bien en el
restaurante estaba más que claro que ambos deberían aprender a ser
independientes, y que mejor que empezar en la habitación.
- Bueno chicos a la cama a dormir – indicó Clara al ver la cara de sueño que se gastaban ambos
Y
ellos subieron lentamente primero porque estaban cansados y no veían la hora de
tumbarse en sus camas, y la otra pues nada, estaba más que claro, el dolorido
trasero se quejaba con los movimientos bruscos, Clara se fue a su dormitorio a
preparar la cama para su marido,
mientras éste entró a la de los chicos, aún estaba todo un revoltijo, pero
bueno, mañana dormirían separados y sería más fácil controlarlos, Iván se fue a
lavar los dientes y Alexander se tumbó en la cama casi, cerrando los ojos
pesadamente.
- Tiende tu cama Alexander – Alexander estaba a punto de responder, cuando vi el ceño fruncido del abuelo, ¡cómo era posible que quiera que tienda la cama a esa hora?... ¿cuando los ojos se le cerraban de puro cansancio y apenas podía mover los pies?
- ABUELOOOOO – se quejo
- De abuelo nada, a tender tu cama haragán, debiste hacerlo esta mañana – le recordó
- Pero, si igual me voy a dormir – más fresco no podía ser
- SI, lo harás – Rubén se vistió de infinita paciencia para lidiar con algo tan trivial como esto – pero primero tiendes la cama señorcito – conmino esperando que su nieto se manifieste, cosa que no se dio, así que tuvo que ser un poco más convincente – no seas flojo Alexander, por favor, no quiero discutir
- Pero…. – el abuelo lo paro y lo sacudió un poquito, lo justo para advertirlo
- Parece que quieres algo de incentivo ¿no? – levantó la palma y le dio un manotazo en el poto que se sintió como una agujeta, y el trasero ya magullado protesto contra su dueño, y esta vez sí recapacito, si bien su cerebro era obstinado, su poto quería ser lo más humilde posible
Alexander
entendió y a regañadientes hizo lo que hizo, cuando hubo concluido su labor, se
fue a duchar, él tenía esa costumbre,
hora que fuera y no importaba cuantas veces haya entrado a la ducha, siempre se
daba un baño final, lo mismo que Iván, esté había regresado del cuarto de baño
con la toalla alrededor de la cintura y la dejó caer para ponerse el pijama un
poco avergonzado, Rubén se le acercó y lo dio la vuelta para ver el resultado
del pequeño ciclón de la tarde e hizo una mueca, le había quedado unos dos o
tres cinchazos ligeramente en relieve y bastante inflamados, es más tenían
alguno que otro puntito morado en el camino, Alex miró de reojo y trago saliva,
no querría estar en su lugar, su abuelo lo había invitado digamos un poquito de
la ración que se llevó su gemelo, y no quería probar el plato completo.
Mientras tanto Rubén ya volvía de su habitación con un tubo en la mano, se
sentó en la cama de Iván mientras Alex habría la ducha y lo colocó sobre su
regazo, como cuando lo castigaba, Iván
forcejeo pero su abuelo se lo impidió acariciando la cabeza.
- No voy a azotarte ni nada por el estilo, solo voy a ponerte una crema – le comunicó apartando la toalla del camino
- Me da vergüenza pa, suéltame por favor
- No me vas a mostrar nada que ya no haya visto antes
Le
dijo con un hilo de emoción en la voz, pues no creyó que lo llamara “pa”, (si,
vamos se lo había dicho en la tarde, pero pensó que sería producto del momento)
y no le dio opción más que aceptar lo que su abuelo hacía, ponerle una crema
para el dolor, que de paso desinflamaría y así podía evitaría un moretón para
mañana, cosa que no creía, pero bueno, luego le volvió a subir el pantalón del
pijama y lo arropo, le dio beso en la frente contento, orgulloso de su
“hijito”, le había demostrado que era leal, una cualidad muy rara, leal con los
suyos, con su corazón; tras eso Clara ingreso y se sumó al abrazo y al beso, y
fueron unos besos desparramados con infinita ternura, pues sabía lo que había
sucedido en la tarde, aunque él pensaba que no se enteraría.
- Ya mi vida, si te duele mucho puedo darte unas tabletitas – le dijo
- NOOOO, má, no será necesario – contestó rubicundo de la vergüenza de saber que su secreto no fue tan secreto, pero bueno
Alexander
volvió y observó la escena celosito, pero cuando sus abuelos lo arroparon y
besaron como hicieron con Iván y sobre todo tras ponerle la crema en el culete,
se dio por satisfecho, pero en el fondo de su corazón, quería que esos mimos,
fueran SOLO PARA ÉL, pero Rubén le
enseñaría en el camino, que todo en la vida se debe compartir, incluso el amor…
No hay comentarios:
Publicar un comentario